|
Voy a preguntarte algo que va a parecer chistoso, pero creo que lo vas a entender bien: ¿alguna vez has sentido cosquillas en el corazón? Puede ser después de una caminata en el parque con tu familia, un almuerzo especial el fin de semana, la visita de los primos o después de que mamá hizo tu postre preferido. Las cosquillas llegan con una sonrisa en el rostro. ¡Qué sensación deliciosa! ¿Y cuando nos encontramos con amigos que hacía tiempo no veíamos? ¡Es una maravilla!
Jesús era alegre y también apreciaba la alegría de los niños, la alegría de las fiestas de su pueblo, la alegría de estar en la iglesia y de pasar tiempo con sus amigos.
Tengo dulces recuerdos de mis tiempos de niña. Pies descalzos; ropa simple, pero resistente; y ese entusiasmo porque mamá nos dejaba jugar con los niños del vecindario mientras ella charlaba en la puerta de casa. Hacíamos barriletes de colores, jugábamos a las canicas, a la muñeca de barro, a la mancha, a las escondidas, a la rayuela. ¿Cuáles son tus juegos preferidos? ¿Y si juegas hoy con la familia, con los amigos, con los vecinos? Vamos a hacer cosquillas en el corazón.
Mi oración: Papá que estás en los cielos, ayúdame a ser un amigo de juegos en todos los momentos de la vida.
Juego: Actividad divertida que hacen los amigos; carreras, cantos y alegría.