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La misión de ayudar

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«Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad, pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?». 1 Juan 3:17.

La Madre Teresa de Calcuta era una mujer a la que le gustaba ayudar a las personas. Trabajó en varios países como misionera: le daba comida a las personas pobres; ayudaba a los enfermos; cuidaba a los niños, a los ancianos, a quien lo necesitara. Ella decía: «No usemos bombas ni armas para conquistar el mundo. Usemos el amor y la compasión. La paz comienza con una sonrisa».

El trabajo del misionero es realizar acciones de solidaridad a los demás y hablar del amor de Jesús a los pueblos. Hay personas misioneras que viajan a otros países para realizar esa tarea; son maestros, médicos, músicos, adultos, niños y familias que cuidan a otras familias y así ayudan a hacer que nuestro planeta sea un lugar más amable. Las ofrendas que entregamos en la iglesia también se usan para ayudar en ese tipo de trabajo; así, más niños pueden tener acceso a comida, escuela, hospital e iglesia.

Tú también puedes ser un misionero, ¿sabías? No siempre el misionero necesita viajar; es suficiente con tener amor y compasión con los demás. Podemos ser misioneros donando alimentos, ropa y juguetes; haciendo una oración; o cantando un himno de paz. Yo quiero ser una misionera, ¿y tú?

Mi oración: ¡Señor, yo quiero ser un misionero y ayudar a alguien esta semana!

Compasión: Entender que la otra persona es un ser humano como tú y ayudarla con todo lo que necesita; recibir a todos con amor.

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