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Como niña curiosa que era, espié de lejos esos animalitos minúsculos y numerosos que se movían sin parar en la laguna. El paseo en familia se había puesto aún más interesante en ese momento.
Al acercarme al borde del agua, vi que eran muchos. ¡Era imposible contarlos! Todos eran pequeñitos, como pececitos bebés.
-¡Son renacuajos, hija! -dijo mi papá, que ya estaba a mi lado-. Son larvas de sapo.
-¿De sapo? -respondí, haciendo cara.
-Sí, antes estaban dentro de huevos y ahora viven en el agua, pero pronto crecerán y serán capaces de saltar por ahí, como ese que vimos en el patio de casa. También pueden habitar en lugares más húmedos.
Observé más de cerca esos renacuajos y cómo estaban más protegidos allí en el borde de la laguna de lo que estarían en otro lugar. La creación de Dios es realmente fantástica y tiene muchos secretos. ¿Ya tuviste la curiosidad de investigar u observar a algún animalito bien de cerca? Al hacerlo, te van a encantar aún más las maravillas de la creación de Dios.
Mi oración: Gracias, Señor, por tu creación y porque podemos conocer animalitos increíbles del agua y de la tierra.
Renacuajo: Larva de sapo, que parece un pez al comienzo de la vida.