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Algunas piedras se conocen como «preciosas» porque son de gran valor. Hay piedras que valen más dinero que un automóvil o una casa.
En una ocasión leí una noticia sobre un hombre que se alegró porque pensó que había encontrado oro. Pero su felicidad duró tiempo. Cuando analizaron la piedra que encontró, se descubrió que era pirita, también llamada «oro de tontos» porque parece oro, pero no lo es. La forma más segura de diferenciarla es arrojándola fuerte al suelo. La pirita se quiebra, pero el oro es sólido: una piedra preciosa legítima.
La Biblia compara a Jesús con una piedra preciosa, que tiene mucho valor y es sólida. Aunque otros intenten ser como él, no podrán porque solo el Hijo de Dios tiene el valioso poder de la salvación. Mi oración: Querido Dios, te agradezco por la preciosa salvación.
Legítimo: Algo original y verdadero ante la ley.