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De príncipe de Egipto a pastor de ovejas, Moisés fue un hombre que conoció muchas personas y muchos lugares. Aprendió un montón de lecciones, pero la más importante fue la paciencia. Al cuidar de las testarudas ovejas, comprendió la importancia de llamarlas, ya sea que se aparten una, dos, tres o más veces.
Fue en un día común de trabajo con las ovejas que Moisés observó algo diferente: una zarza que se estaba quemando. El arbusto estaba envuelto en llamas, pero no se deshacía. Moisés sabía que el fuego quema todo rápidamente, así que esta situación le pareció extraña. Se acercó con curiosidad y sucedió algo inesperado: escuchó una voz fuerte y amable que le hablaba.
Dios llamó a Moisés para ser un líder del pueblo de Dios, para libertar el pueblo y llevarlo a una tierra donde tendrían libertad y protección.
Ser líder es algo muy importante; se necesita paciencia, valentía y amor por las personas. Moisés fue un líder admirado porque cuidaba a su pueblo. Cuando le pedimos a Dios que nos ayude, podemos realizar cualquier trabajo, hasta los que parecen muy difíciles.
Mi oración: Querido Dios, quiero ser un niño con cualidades para servir, así como hacen los líderes.
Líder: Guía que conduce a un grupo de personas, y les indica cuál es el camino que hay que seguir.