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Allí estaba yo, una niña de siete años, feliz de la vida mientras presentaba mi trabajo escolar. Era una alegría reunirme con mis compañeras y, con la ayuda de nuestras madres, fabricar esa marqueta. ¡Estaba entusiasmada!
En el último día de la Feria de Ciencias del colegio, nuestro trabajo ganó una medalla de plata. Estábamos muy satisfechas con el segundo lugar, y hubiéramos estado contentas aun sin recibir un premio, porque pusimos toda nuestra dedicación.
Nuestro esfuerzo fue recompensando y reconocido por las personas. Estaba tan emocionada que esa noche dormí con la medalla. ¡Hasta quería bañarme con ella!, pero mi mamá no me lo permitió.
El mérito es recibir ese cariño, ese reconocimiento; pero también es la grandeza de saber que lo más importante es el trabajo bien hecho.
Cuando David venció al gigante Goliat, el pueblo lo celebró. Las personas cantaron en su homenaje y él quedó muy feliz. Pero David también fue humilde para reconocer el valor de los guerreros y del rey. Su mayor alegría era servir.
¿Cómo te sientes cuando recibes un homenaje, una medalla o un elogio?
Mi oración: Querido Dios, que mi mayor mérito sea servir.
Mérito: Cualidad de quien merece un reconocimiento por algún esfuerzo o dedicación en una actividad o un proyecto.