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¡La vida es el regalo más precioso que tenemos! Es maravilloso sentir el aire entrando por la nariz, abrir los ojos y saber que tenemos tiempo de vida para ser felices.
El mundo enfrentó una situación muy difícil: miles y miles de personas perdieron la vida. Enfrentamos una pandemia. Familiares, amigos, personas cercanas y desconocidas ahora descansan, esperando el regreso de Jesús.
¿Conoces esa esperanza? Sé que el dolor de perder a alguien amado es terrible. Pero Jesús nos prometió que está preparando casas para nosotros allá en el Cielo. Él está asegurándose de que todo sea increíble cuando nos reencontremos con las personas que tanto amamos.
¿Te imaginas cómo será ese reencuentro? Me imagino que voy a recorrer muy feliz los caminos de oro del Cielo de la mano de mis amigas y amigos que perdí en la pandemia. Quiero volver a ver a mi tía y a mi abuelo. Vamos a cantar juntos, la familia unida y completa, ¡y hablaremos con Jesús! ¡La esperanza es un sentimiento tan bueno!
Mi oración: Querido Dios, consuela a mi corazón y llénalo de esperanza.
Muerte: Cuando la vida cesa, sueño del que solo Jesús puede despertarnos.