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En la Biblia se cuenta sobre algunas grandes multitudes de personas, de cientos y hasta miles de adultos y niños. Jesús alimentó una multitud, mucha gente que se reunió para escuchar sus historias y consejos. El pueblo de Israel también fue una multitud que peregrinó por el desierto. Estas personas adoraban a Dios y algunas veces se quejaban y peleaban. En los tiempos de Noé, él predicó a las multitudes que se negaron a creer que vendría un diluvio.
Todas esas historias nos muestran que es importante buscar sabiduría para tomar decisiones. No siempre la multitud estará en lo correcto. Por eso, debemos prestar atención y pedir ayuda al Señor para saber por qué camino andar para tener una vida feliz.
Mi oración: Querido Dios, ayúdame a ser un niño sabio, para tomar buenas decisiones.
En familia, recuerden historias bíblicas en la que multitudes tomaron decisiones buenas, y otras en las que decidieron de manera incorrecta.
Multitud: Aglomeración: gran cantidad de personas que se unen para hacer algo bueno o malo.