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Una sola nación

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«Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa». 1 Pedro 2:9.

¿En qué país naciste? Cuando era niña, yo pensaba que todo el mundo era brasileño, hasta que una familia argentina se hospedó en mi casa y noté que hablaban un idioma diferente del mío y consumían alimentos que yo no conocía.

Aprecio mi nacionalidad y también admiro las culturas de otros países. Hoy existen muchas naciones. Algunas son «amigas», otras son «enemigas»; y eso puede incluso generar guerras.

Cuando caminó por este planeta, Jesús enseñó que debemos amar a las personas. Sin embargo, en la historia del mundo han ocurrido muchas situaciones que no representan el amor.

Allá en el cielo, cuando Jesús vuelva y nos lleve a vivir con él, seremos una única nación. Allá tendremos mucho en común, sobre todo el amor a Dios y el amor hacia los demás; esa es la esencia de la nación santa que vivirá en el hogar celestial que Dios está preparando.

¿Sabías que puedes ser parte de esa nación? ¿Qué te parece si le cuentas a tus amigos sobre el inmenso amor de Jesús?

Mi oración: Señor, quiero ser parte de la nación santa que vivirá en el cielo.

Nación: Pueblo que habita en un país y posee una misma identidad, como hablar el mismo idioma.

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