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¿Sabías que en la antigüedad el agua se almacenaba en pozos y que la gente caminaba con baldes para buscarla y llevarla a casa? Y esto todavía se hace así en algunos lugares.
Jesús estaba cerca de un pozo, no muy lejos de la ciudad de Sicar. Se sentó a esperar, ya que no tenía un balde para retirar agua. Una mujer se acercó y él le pidió un poco de agua. Esa mujer era una persona muy triste. Jesús conocía su corazón (así como conoce el corazón de todos nosotros), y sabía que su vida era difícil. Ella solo quería ser feliz, pero no tenía esperanzas. Se sentía sola y eso es muy triste, porque a nadie le gusta estar solo.
Jesús le dijo que la mayor necesidad que tenemos no es de agua o de alimento (aunque todo eso es importante para la salud). Él le enseñó que adorar a Dios y tener esperanza de que vendrán días mejores puede cambiarnos la vida. La mujer quedó tan feliz con esta amable conversación que la compartió con toda la ciudad. Ahora, ella sabía que no estaba sola.
Mi oración: Señor, quiero vivir feliz todos los días porque sé que no estoy solo.
¿Cuál es tu mayor necesidad? Haz una oración y pídele ayuda a Jesús.
Necesidad: Algo que precisamos tener, porque sin eso sería imposible vivir.