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Natán era un profeta de Dios. Él tenía el compromiso de enseñar a las personas, dar consejos y hablar de Dios.
El profeta entró al palacio de David decidido a darle un mensaje importante. Para eso, contó la historia de dos hombres: uno era pobre y tenía solo una ovejita, a la que quería mucho; el otro era muy rico y tenía muchas ovejas.
Sin embargo, un día el hombre rico decidió tomar la ovejita del hombre pobre. Él tomó un animal que no era suyo y, lo que es peor: sabiendo que el otro solo tenía esta oveja.
David se indignó. Cuando Natán le pidió su opinión sobre esta situación, el rey dijo que tomaría medidas y ese hombre horrible sería castigado. Entonces Natán le explicó que el rey estaba actuando de la misma manera egoísta.
A veces es más fácil opinar sobre la vida de otras personas: criticar al compañerito de la escuela o a la familia. Es difícil reflexionar sobre nosotros mismos, pero es algo importante para mejorar nuestras palabras, pensamientos y acciones.
¿Cómo podemos ser niños y adultos más sabios?
Mi oración: Querido Dios, ayúdame a mirar mis propias acciones antes de dar una opinión sobre mi amigo.
Conversa con tu familia sobre cómo podemos dar nuestra opinión de modo gentil.
Opinión: Un pensamiento o una idea sobre alguna cosa; observar una situación y aconsejar sobre algo.