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El profeta Natán y la historia de la ovejita

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«Por lo tanto, el Señor envió al profeta Natán para que le contara a David la siguiente historia: 'Había dos hombres en cierta ciudad; uno era rico y el otro, pobre'». 2 Samuel 12:1.

Natán era un profeta de Dios. Él tenía el compromiso de enseñar a las personas, dar consejos y hablar de Dios.

El profeta entró al palacio de David decidido a darle un mensaje importante. Para eso, contó la historia de dos hombres: uno era pobre y tenía solo una ovejita, a la que quería mucho; el otro era muy rico y tenía muchas ovejas.

Sin embargo, un día el hombre rico decidió tomar la ovejita del hombre pobre. Él tomó un animal que no era suyo y, lo que es peor: sabiendo que el otro solo tenía esta oveja.

David se indignó. Cuando Natán le pidió su opinión sobre esta situación, el rey dijo que tomaría medidas y ese hombre horrible sería castigado. Entonces Natán le explicó que el rey estaba actuando de la misma manera egoísta.

A veces es más fácil opinar sobre la vida de otras personas: criticar al compañerito de la escuela o a la familia. Es difícil reflexionar sobre nosotros mismos, pero es algo importante para mejorar nuestras palabras, pensamientos y acciones.

¿Cómo podemos ser niños y adultos más sabios?

Mi oración: Querido Dios, ayúdame a mirar mis propias acciones antes de dar una opinión sobre mi amigo.

Conversa con tu familia sobre cómo podemos dar nuestra opinión de modo gentil.

Opinión: Un pensamiento o una idea sobre alguna cosa; observar una situación y aconsejar sobre algo.

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