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Moisés y Aarón eran hermanos; sin embargo, eran completamente diferentes. Cuando Dios llamo a Moisés para ser líder del pueblo de Israel, tuvo miedo porque no era bueno hablando en público. Aarón sí tenía más facilidad con eso.
Aun teniendo personalidades distintas, Dios ayudó a los dos hermanos a liderar al pueblo de Israel. Después de todo, el Señor sabe que cada persona tiene sus propias habilidades y su manera de ser. Él usa lo mejor de nosotros para que podamos compartir su amor con la humanidad.
Cuando somos niños, todavía estamos formando nuestra manera de ser. Muchos factores nos ayudan a construir quiénes seremos en el futuro: lo que vemos, lo que escuchamos, dónde vivimos, nuestra familia, y mucho más. Por eso, las familias necesitan de la sabiduría de nuestro Padre que está en el cielo para cuidar a los niños y enseñarles a hacer lo que es correcto. Nosotros podemos ser una bendición para la comunidad I y para el mundo, así como lo fueron Moisés y Aarón.
Mi oración: Padre que estás en el cielo, quiero ser un niño que hable de tu amor.
Piensa en una cualidad que tengas y que puedas usar para hablar del amor de Dios a las personas.
Personalidad: Manera de ser de cada persona. Incluye las cualidades, los talentos y las cosas que necesitan mejorar.