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La misión del luchador submarino

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«Volverás a tener compasión de nosotros. ¡Aplastarás nuestros pecados bajo tus pies y los arrojarás a las profundidades del océano!». Miqueas 7:19.

En el año 2020, el submarino chino Fendouzhe (traducido como «el luchador»), llegó a uno de los puntos más profundos del Océano Pacífico. Alcanzó una profundidad de más de diez mil metros bajo la superficie.

El objetivo de una misión como esa era recolectar muestras de tierra, rocas y agua, y, de esa manera, conocer más sobre esos lugares no explorados por los seres humanos.

¡Los misterios de la naturaleza son inmensos y profundos! Me gusta imaginar lo que aún no sabemos de la creación de Dios.

El submarino Fendouzhe me recuerda también la profundidad del amor y del perdón de Dios. Después de todo, él lanza nuestros pecados a lo profundo del mar. Cuando nos arrepentimos de nuestros errores, necesitamos entender que Dios nos perdona y arroja muy lejos nuestros pecados.

Y entonces podemos avanzar hacia otra profundidad: ¡la de la alegría de tener en nuestra vida al bondadoso Creador de toda la humanidad!

Mi oración: Señor, hoy quiero agradecerte por tu profundo amor por mí.

Profundidad: Algo que está muy al fondo, lejos de la superficie. Puede significar también algo intenso, amplio e importante.

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