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Con mi abuela visitábamos a una señora de cabello blanco, que hablaba, con voz fuerte. Recuerdo que pensaba que esa voz tan intensa no parecía combinar con la fragilidad esperada de su edad. Eso me intrigaba, ¡pero me parecía increíble! Ella era la persona más anciana de la iglesia y, como estaba enferma, íbamos a visitarla. Su sobrina estaba allí para recibirnos.
Su casa estaba bien arreglada; todo estaba limpio y ordenado. Cuando nos invitó a recoger hojas de menta en el patio trasero, debí sorprendida, porque inmediatamente dijo, con su voz fuerte:
-¡Mantengo todo ordenado, incluso en el patio trasero, pequeña! Ella comentó que hay personas que ordenan el frente de la casa porque las visitas lo ven, pero esconden cosas en el patio trasero, aunque deberían tirarlas. Su jardín estaba muy limpio. Recuerdo haber notado que las flores y las plantas estaban bien cuidadas.
Esta visita me enseñó cómo debemos cuidar todos los aspectos de nuestra vida, incluso aquellos que la gente no ve. Dios sabe todo de nosotros, las partes que mostramos a los demás y las que ocultamos; y espera que seamos siempre sinceros.
Mi oración: Señor, que las personas puedan conocerme y observar la belleza de tu amor y cuidado.
¿Tu habitación está bien organizada? ¿Y si aprovechas el día para dejar todo en orden?
Patio: Terreno o jardín que queda detrás de la casa, lejos de la entrada.