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Al ir al supermercado, pasas por la zona de los vegetales. Es muy colorida. Ahí están las hortalizas, que son plantas comestibles. De ellas se comen distintas partes, de acuerdo con el tipo de hortalizas que sean.
Si comes una zanahoria, estarás comiendo una raíz. Si comes una papa, estarás comiendo un bulbo. Si comes una lechuga, estarás comiendo hojas. Si comes apio, estarás comiendo un tallo.
Las hortalizas son muy variadas. Y todas ellas te aportan minerales Y vitaminas. ¿Recuerdas cuando hablamos de los minerales? Son muy importantes para la salud. Las hortalizas nos aportan hierro, fósforo y zinc, entre otros minerales.
Esto me recuerda que Dios le dio a Adán el trabajo de cuidar el huerto del Edén. Luego su hijo Caín siguió con ese trabajo.
Un día, Caín y su hermano Abel llevaron un sacrificio a Dios. Dios había dicho que, para el perdón de los pecados, debía morir un cordero, pues la paga del pecado es la muerte. Por eso Jesús vino a morir en nuestro lugar. Pero Caín llevó frutos de los que había cultivado. Eso no fue aceptado por Dios. Las hortalizas debían ser para alimentarse, no para un sacrificio.
Hoy te invito a preparar un plato de hortalizas mientras hablamos de Jesús, el Cordero de Dios.
Tu regalo especial
Palabra clave Pedir perdón. Es reconocer que hiciste algo mal y esperas misericordia.
Actividad: Preparar un plato de hortalizas disponibles en casa.
Oración: Padre Dios, gracias por las hortalizas. Amén.