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Me encantan las historias que contó Jesús para enseñarnos la verdad. En una de ellas hablo de un sembrador que tiraba semillas esperando una cosecha. Pero las semillas no cayeron todas en el mismo lugar.
Unas semillas cayeron junto al camino; las aves se las comieron y las personas las pisaron. No pudieron dar fruto. Otras semillas cayeron entre piedras; las plantas salieron pronto, pero el sol quemó sus raíces y murieron. Otras semillas cayeron donde hay espinos; aunque salieron las plantas, los espinos no las dejaron crecer.
Por último, algunas semillas cayeron en buena tierra; dieron mucho fruto. Así eres tú cuando escuchas la Palabra de Dios y la obedeces. En este ejemplo que nos da Jesús, la semilla es como la Palabra de Dios que hace crecer lo bueno que Dios pone en ti.
Así también muchas semillas son comestibles y, cuando las incluyes en tu dieta, son como un regalo para tu cuerpo. Te ayudan a crecer sano.
¿Recuerdas que la Palabra de Dios es como un alimento? Así como las semillas te ayudan a estar sano, la Palabra de Dios fortalece tu confianza en su amor.
¿Qué semillas te gusta comer? Vamos a revisar los nutrientes que tienen y vamos a ir a comprar otras variedades más.
Conoce a Jesús
Palabra clave Comestible. Que se puede comer y no te hace daño.
Actividad: Conseguir semillas comestibles.
Oración: Querido Dios, gracias por las semillas y por los sembradores. Amén.