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Pircas

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"También ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo." (1 Ped. 2:5, NVI).

Mi hermana melliza, Inés, vive en la Patagonia argentina y es aficionada al montañismo. Cierto día, luego de realizar una caminata de 18 kilómetros por el cerro Jakob, hasta la bellísima laguna Témpanos, me llamó para contarme todos los detalles de su aventura. “Tienes que escribir acerca de las pircas”, me dijo. Como yo no sabía qué eran, me explicó que son señales de piedra; hitos que marcan el camino para que los montañistas no se pierdan.

Mucho antes de que los senderos estuviesen señalizados con carteles oficiales y marcas de pintura, los caminantes se guiaban por señales de piedra. Las torres pircas funcionaban como una memoria colectiva, que transmitía información vital de un caminante a otro y de generación en generación. Durante su caminata, mi hermana y sus amigas se perdieron. Entonces, volvieron sobre sus pasos hasta encontrar un montoncito de piedras, un testimonio humilde y sereno que marcaba el camino correcto.

Nuestra sociedad es tan individualista que es fácil olvidar cómo las decisiones de nuestros antepasados nos abrieron paso. Tristemente, a menudo tampoco contemplamos cómo nuestras decisiones afectarán a los que lleguen después. Sin embargo, al pasar por una torre pirca, los caminantes siempre agregan otra piedra. Es un pequeño gesto de gratitud; una costumbre que se mantiene para guiar al que vendrá detrás por el mismo sendero.

Somos piedras vivas. Nuestras decisiones se vuelven torres pircas que guían a los demás. En What Happens When Women Walk in Faith [Qué sucede cuando las mujeres caminan en la fe], la escritora Lysa Terkeurst comenta que Josué aprendió al observarlo a Moisés. "Nosotras tenemos la misma ventaja que tuvo Josué. Hemos visto a grandes héroes de la fe ir delante de nosotras. Hemos observado, estudiado, considerado y aprendido. ¿Cómo cambiarán sus ejemplos la forma en que caminamos hoy?"

Al tomar decisiones, recordemos a los hombres y las mujeres consagrados que anduvieron por el camino de la fe. ¡No estamos solas! Dejemos que su ejemplo de fidelidad nos guíe y sumemos, con cada decisión, una piedra a la torre pirca que marca el camino de la verdad.

Señor, gracias por todas las personas que me han dado un buen ejemplo. Ayúdame a notar la influencia de mis propias decisiones hoy. Quiero servirte con fidelidad e integridad. Amén.

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