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Un engaño milenario

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Entonces la serpiente le dijo a la mujer: «No morirán» (Génesis 3:4).

BILL WIESE ERA UN EXITOSO EMPRESARIO de bienes raíces y un cristiano devoto que vivía su vida con total normalidad, hasta que en septiembre de 1998 vivió una experiencia que cambiaría su vida su para siempre. A través de su libro titulado 23 minutos en el infierno, Bill cuenta cómo fue transportado, como en un sueño sumamente real, al submundo del infierno. Su libro, un exitoso best seller, cautivó la mente de millones a través de una lectura atrapante llevándolos a un lugar donde el dolor, el fuego y la sed nunca se terminan. Las gráficas descripciones muestran al infierno como un mundo desolador, donde quienes están perdidos, carecen de esperanza y de intervención divina por la eternidad.

Luego de la lectura de ese libro, es posible aceptar la creencia de que en este momento, miles de millones de personas están sufriendo en las interminables llamas del infierno, y seguirán en ese estado por los siglos sin fin. Nadie nunca los podrá sacar de allí, y el resto de su existencia, solo será para experimentar dolor, agonía y sufrimiento eternos.

¡Cuánto éxito tuvo la primera mentira dicha por la serpiente: «No morirán»! ¡Y cuánto éxito tienen todos aquellos que siguen repitiéndola! La doctrina espiritista de la inmortalidad del alma invadió sectores paganos y cristianos por igual, y eso se debe a que «Satanás se ha estado preparando hace mucho tiempo para la ofensiva final que va lanzar con el fin de engañar al mundo. Puso el fundamento de su obra cuando le dijo a Eva en el Edén: "No moriréis [...] el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gén. 3:4-5). Poco a poco ha preparado el camino para su obra maestra de engaño: el desarrollo del espiritismo. Aún no ha logrado el pleno cumplimiento de sus designios; pero lo conseguirá en los últimos tiempos, y el mundo será incorporado en las filas de este engaño. Rápidamente se están adormeciendo como consecuencia de una fatal seguridad, para despertar solamente cuando se derrame la ira de Dios» (Elena G. White, La historia de la redención, p. 418).

Por la gracia de Dios, ninguno de nosotros está obligado a aceptar los engaños del enemigo, ya que la Biblia no solo desenmascara las intenciones del diablo sino que también nos presenta la verdad para que nuestra fe se asiente sobre una base sólida. La Biblia declara que no hay tal cosa de un alma inmortal y la única posibilidad de vida eterna, es con Cristo, aceptándolo como Señor y Salvador.

Ejemplos y enseñanzas de los patriarcas.

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