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Abraham, el padre de la honradez

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Abrahán aceptó el precio fijado por Efrón, y ante los hititas como testigos le entregó a Efrón la cantidad establecida, es decir, cuatrocientas monedas, de buena ley entre mercaderes (Génesis 23: 16).

ENTRE LAS MUCHAS ENSEÑANZAS QUE DEJA LA VIDA de Abraham, una de ellas es la que lo muestra como un hombre de palabra y honrado. Luego de la muerte de Sara, Abraham compró una heredad de mano de Efrón heteo, para sepultarla. Las Escrituras detallan que el costo de esas tierras fue de «cuatrocientas monedas», así que se utilizaron pesas y balanza para determinar cada ciclo. Es así como el dinero entregado por Abraham fue tan exacto, que luego el relato bíblico agrega «de buena ley entre mercaderes». El padre de la fe también es un buen ejemplo de honradez y honestidad.

Tristemente no todos tienen estas virtudes. La falta de honradez es moneda corriente en nuestros días. A diario los medios de comunicación muestran a personas estafadas y engañadas que reclaman justicia para recuperar lo que les pertenece.

Víctima de un fraude, un hermano adventista comenzó su diálogo diciéndome: «Pastor, necesito hablar con usted a solas porque no aguanto más». Al introducirnos en la conversación me relató con dolor cómo lo habían estafado en su trabajo. Como arquitecto, había diseñado dos casas monumentales y había asumido también la dirección de obra. Luego de avanzada la construcción, notó que había cierta resistencia al pago de sus honorarios y el de sus empleados. Como contaba con algunos ahorros, igualmente prosiguió con la construcción, pero al terminar de construir las viviendas, quienes lo contrataron pusieron excusas y nunca le pagaron.

Por relacionarse con personas deshonestas, individuos y familias tienen grandes pérdidas, pero si un líder político no posee honradez, toda una nación sentirá la pérdida. Por eso, el periodista Carlos Montaner explica que «las sociedades más ricas del planeta — las escandinavas— son, a la vez [...] las que gozan de un sector público más honrado [...] Es admirable y ejemplar que en Suecia una ministra haya tenido que renunciar a su cargo, pedir perdón y devolver el dinero que le costó un vestido personal pagado con una tarjeta de crédito del organismo que presidía» (La libertad y sus enemigos, p. 300).

¡Qué importante es que, en medio de una sociedad corrupta, los cristianos marquemos la diferencia como Abraham y los escandinavos! «Deberás usar pesas exactas y justas» nos exhorta Dios en su Palabra, para luego prometernos: «Para que vivas muchos años en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Deut. 25: 15).

Ejemplos y enseñanzas de los patriarcas.

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