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MARK NO PUDO RECIBIR LAS BENDICIONES de un buen hogar. De niño soportó todo tipo de abusos, no tuvo una buena figura paterna que lo guiara, nunca se sintió amado y jamás recibió palabras de estímulo. Todo eso contribuyó para que Mark durante muchos años, en su juventud, viviera disipadamente y se ganara la vida vendiendo drogas en Hawái.
Pero un día, en una iglesia, escuchó la voz de su padre que le hablaba. Si bien siempre había sentido el amor y la voz de Dios, nunca se había dado cuánto lo amaba el Padre celestial. Ese día, en esa iglesia, le entregó su corazón al Señor y vivió el resto de su vida para mostrarle su amor a Dios.
Mark formó una familia, donde su esposa y sus cuatro hijos disfrutan de una figura paterna que les dedica tiempo, los sabe escuchar, los estimula y los llena de amor. Hoy, quienes lo conocieron y ven su presente, le preguntan cómo fue posible un cambio tan radical y qué receta hay que seguir para tener los mismos resultados. Mark responde: «Tal vez lo más difícil de hacer es comprender, en nuestro estrecho punto de vista humano, que Dios no usa un método universal que encaja con todos para ganar nuestro amor y devoción. Oh, hay muchos principios bíblicos para guiarnos, pero lo que él realmente desea es que nos sentemos a sus pies y le permitamos instruirnos personalmente» (Jim Hohnberger, Vidas fortalecidas: Estrategias para construir una relación saludable con Dios, con el cónyuge y con sus hijos, pp. 264-265).
María había experimentado la bendición que resultaba para su vida pasar tiempo sentada a los pies de Jesús. En su afán por escuchar palabras de vida eterna, había olvidado los quehaceres domésticos, dejando sola a su hermana Marta. Marta pretendió que Jesús pusiera orden y ubicara a María, pero Jesús le respondió que «sola una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará».
Y en tu caso, ¿has pasado tiempo a los pies de Jesús? ¿Experimentaste las bendiciones que Mark y María recibieron en sus vidas? ¿Le permites a Dios que te instruya personalmente? Si no lo hiciste, ¿qué cambios debes realizar para sentarte a los pies del Salvador? No pierdas todo lo bello y hermoso que Dios tiene para tu vida.
Ejemplos y enseñanzas de hijas de Dios.