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Ángel guardián

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Para defender a los que temen al Señor, su ángel acampa alrededor de ellos (Salmos 34: 7).

A MENUDO ME GUSTA ENTRAR EN LAS LIBRERÍAS y pasar algunas horas hojeando libros de diferentes temas. Entre los que más me gusta observar, están aquellos que exhiben grandes fotografías de lugares exóticos, también los que muestran enigmas descifrados a través de alguna investigación periodística o científica; asimismo, leo libros que narran eventos o circunstancias de la Segunda Guerra Mundial. A mi esposa también le gusta entrar conmigo, pero luego de algunos minutos desea seguir paseando. En mi caso, yo podría quedarme en una librería y pasar horas leyendo libros.

En la sección de «libros espirituales» o «libros religiosos», hace ya muchos años, comenzaron a aparecer libros que hablan sobre ángeles. Muchos de ellos presentan a los ángeles como custodios, consejeros, guías espirituales y que es posible, si se siguen los pasos señalados, verlos y establecer comunicación con ellos. Si bien sus autores hablan con sinceridad, he notado con tristeza que esos libros presentan tremendos engaños del enemigo. No son ángeles de Dios los que presentan en sus libros y, quienes ignoran las enseñanzas bíblicas sobre los ángeles, pueden estar relacionándose con demonios.

Las Escrituras presentan a los ángeles como seres poderosos, que cumplen labores entre Dios y los hombres. «Todos los ángeles son espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de quienes han de recibir en herencia la salvación» (Heb. 1: 14, DHH). Son criaturas superiores al hombre, que están en la presencia de Dios y algunas veces, por voluntad divina, se tornan visibles a los ojos humanos.

Entre las tareas que realizan con nosotros, me anima y reconforta la figura del ángel guardián. «Cada discípulo de Cristo tiene un ángel guardián respectivo. Estos centinelas celestiales protegen a los justos del poder del maligno [...] No sabemos qué resultados traerá un día, una hora o un momento, y nunca debiéramos comenzar el día sin encomendar nuestros caminos a nuestro Padre celestial. Sus ángeles están comisionados para velar por nosotros, y si nos sometemos a su custodia, entonces en cada ocasión de peligro estarán a nuestra diestra. Cuando inconscientemente estamos en peligro de ejercer una mala influencia, los ángeles estarán a nuestro lado, induciéndonos a un mejor proceder, escogiendo las palabras por nosotros, e influyendo en nuestras acciones» (Elena G. White, La verdad acerca de los ángeles, pp. 15-16).

Antes de comenzar las tareas de este día, agradécele a Dios en oración por la segura protección que proveyó para tu vida a través del ángel de la guarda.

Ejemplos y enseñanzas de cantores y poetas.

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