|
ERAN AMIGOS DESDE HACÍA MUCHOS AÑOS y vivían su juventud con bailes y fiestas, como lo hacen los jóvenes que no conocen al Señor. Pero por curiosidad entraron en una carpa donde se estaba predicando la Palabra de Dios y quedaron extasiados con el mensaje. El pastor Salim Japas fue dirigido por el Espíritu Santo y su predicación logró que estos jóvenes recapacitaran en la vida que estaban llevando.
El mayor de ellos continuó asistiendo a las predicaciones. Las Escrituras llegaron a ser su especial tesoro y procuro con todas sus fuerzas vivir como Jesús. Tardes enteras, a la sombra de un árbol, aprendía grandes porciones de la Biblia a fin de tener argumentos para defender su fe.
El más joven, aunque sintió el impacto del mensaje, no deseaba abandonar su vida mundana. El alcohol había llegado a formar parte de él y le parecía un sacrificio muy grande abandonarlo por amor a Jesús. En una conversación que mantuvieron los dos amigos, el más joven le dijo al mayor: «Disculpa que no siga tu camino, pero primero quiero “vivir la vida". Cuando sea mayor y no quiera divertirme más, entonces te voy a seguir». Después de aquel diálogo siguieron relacionándose, pero no con la misma frecuencia que antes.
Una noche, al salir del bar que frecuentaba, el más joven se alejó en su moto y chocó contra un colectivo urbano. Allí perdió la vida.
Así como lo profetizó Joel, «se acerca el día del Señor» y mientras más se acerca, multitudes se encuentran «en el valle de la decisión». Y tú, ¿ya tomaste tu decisión?
La Biblia nos presenta dos caminos con dos finales diferentes. Por un lado, entregarle completamente el corazón a Dios, en consecuencia, cuidar el cuerpo y la salud, amar al prójimo como a nosotros mismos y proclamar la fe que profesamos. Por otro lado el enemigo nos presenta una vida sin leyes ni reglas, que vivamos el presente y que procuremos hacer todo lo que nos plazca, que nos amemos a nosotros mismos y a nadie más, que nuestro primer trabajo sea darnos los gustos más extravagantes. Pero, sobre todo, que nuestro corazón sea todo nuestro y de nadie más.
Y tú, ¿ya tomaste tu decisión? ¿Has salido de ese valle y te has colocado en las filas del Señor? «Porque ya se acerca el día del Señor» y Jesús todavía espera para que te entregues completamente a él. Amigo mío, no lo hagas esperar. Decídete hoy y siempre por Jesús.
Ejemplos y enseñanzas de profetas menores.