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JONATÁN FUE HIJO DEL REY SAÚL, hombre de guerra, valeroso y humilde. Aun así, en las pocas páginas que la Biblia habla de él, lo muestran como un verdadero ejemplo de lo que significa ser un buen amigo.
1. Amigos que comparten.«Se quitó su manto y otras ropas suyas, y todo se lo dio a David, junto con su espada, su arco y su talabarte» (1 Sam. 18:4). Alguien que se dice amigo de otra persona, seguramente será alguien que está dispuesto a compartir. Jonatán no tenía la obligación de darle a David sus ropas y sus armas, pero luego de haberlo visto pelear contra Goliat con tanta valentía y solo con una honda, el joven príncipe consideró que era su deber darle las armas de guerra que poseía.
2. Amigos que aceptan.«Tú vas a ser rey de Israel, y [...yo seré el segundo» (1 Sam. 23:17). Jonatán podría haber adoptado la misma postura que su padre, rechazando a David como futuro monarca de Israel y tratando de asegurar su puesto como sucesor al trono. Esta reacción hubiera sido comprensible, ya que le correspondía la corona por herencia. Sin embargo, Jonatán no tuvo problemas en aceptar lo que su padre nunca pudo: que el reino dejaría de estar en la descendencia de Benjamín y pasaría a estar entre los hijos de Judá. Jonatán, como solo lo haría un gran amigo, aceptó el éxito de David y con humildad reconoció su segundo lugar.
3. Amigos que animan.«Jonatán hijo de Saúl fue a Hores para visitar a David, y lo animó a no perder su confianza en Dios» (1 Sam. 23:16). David estaba soportando una persecución sin tregua, ya que Saúl estaba decidido a terminar con su vida. La persecución, la soledad y el paso del tiempo afectaron el ánimo de David. Jonatán, lejos de compartir los sentimientos de su padre, dejó la comodidad del palacio y se fue hasta Hores, para animar y fortalecer a su angustiado amigo. Es fácil estar al lado de alguien que está feliz, mas la verdadera amistad se extiende también hacia quienes están viviendo un problema o sencillamente están dolidos por alguna situación. Jonatán mostró que su amistad por David iba más allá de las circunstancias que vivían.
En un mundo donde la traición, el rencor y la venganza son moneda corriente, son necesarios hombres y mujeres que brinden su amistad como la Biblia enseña. Compartir, aceptar el éxito ajeno y animar al que lo necesita son cualidades que cada hijo de Dios debiera poseer y mostrar.
Ejemplos y enseñanzas de personajes secundarios.