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Menospreciando con críticas

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Cuando Sambalat supo que estábamos reconstruyendo las murallas, se puso furioso y se burló de nosotros [...] A su lado estaba Tobías el amonita, quien decía: «La muralla que están reconstruyendo, ¡con el solo peso de una zorra se vendrá abajo!» (Nehemías 4: 1, 3).

LAS CRÍTICAS QUE SANBALAT Y TOBÍAS REALIZARON SOBRE NEHEMÍAS y el resto del pueblo tenían el propósito de detener la construcción de la muralla de Jerusalén. Como enemigos de los israelitas, estos hombres se complotaron para hacer circular chismes entre el pueblo, sobornaron a profetas y sacerdotes para infundir miedo y acosaron a Nehemías con cartas fraudulentas.

Lo que Sanbalat y Tobías no sabían era que estaban siendo utilizados por el enemigo para detener una obra que era impulsada por Dios. Las palabras de Tobías: «¡Con el solo peso de una zorra se vendrá abajo!» hicieron mucho daño. Cuando esta declaración llegó a oídos de Nehemías, este oro: «Dios nuestro, escucha cómo nos aprecian» (Neh. 4: 4).

Aunque Sanbalat y Tobías criticaron la obra de Dios y se opusieron a ella, era entendible que lo hicieran, ya que se consideraban enemigos de los hebreos. Pero resulta contradictorio como a veces dentro de nuestra iglesia, hay personas que se oponen y critican a los que trabajan. No miden sus palabras, no buscan señalar las faltas con tacto; sencillamente, las dejan salir sin percatarse que las mismas menosprecian a los que trabajan para Dios.

¿Cómo ve Dios a aquellos que hacen un hábito de la crítica? «Vi que algunos se están marchitando espiritualmente [...] Los tales han descuidado sus almas; rara vez advierten sus propios defectos, porque han tenido bastante que hacer para observar los defectos ajenos. Ni siquiera analizan sus propias almas ni escudriñan su propio corazón. Les llama la atención el vestido de una persona, su sombrero o su delantal. Deben hablar a éste o aquél, y esto basta para ocuparlos durante semanas. Vi que toda la religión de algunas pobres almas consiste en observar las vestiduras y las acciones de los demás, y censurarlas. A menos que se reformen no habrá lugar para ellas en el cielo, porque hasta criticarían al Señor mismo» (Elena G. White, Joyas de los testimonios, t. 1, p. 44-45).

Al considerar la cita anterior, me veo impulsado a hacerte una invitación: 5 has caído en la crítica, busca el perdón de Dios y su poder, para que nunca jamás te permitas acusar a un semejante. La crítica nos ubica junto al enemigo los hijos de Dios estamos llamados para trabajar solo al lado de Jesús.

Ejemplos y enseñanzas de quienes erraron.

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