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Seguro de Niñera

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«Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad» (1 Juan 1:9, NVI).

El 26 de enero de 1950 se vendió en Saint Louis, Misuri, Estados Unidos, la primera póliza de seguro para niñeras de la que se tiene constancia. ¿Puedes creerlo? Contratar una póliza de este tipo hoy en día podría tener sentido con todas las demandas que se presentan en los tribunales, pero ¡en 1950! En aquella época había muchísimas niñeras, y los padres se preocupaban más por los presos de la cárcel que por si su niñera era o no una delincuente. La American Associated Insurance Company ofreció esta póliza, en la que las niñeras tenían una fianza de hasta 2,500 dólares por fraude y deshonestidad. ¡Vaya! Debía de haber niñeras muy sospechosas (o padres muy paranoicos) en esos lugares. Evidentemente había padres que sentían que necesitaban protección contra una ladrona o estafadora, en el mejor de los casos, que se hacía pasar por niñera.

Hoy en día se puede contratar un seguro para el auto, para la casa, la moto e incluso para mascotas. Puedes contratar un seguro dental, un seguro para cultivos, para negocios, para las piezas que compras para el auto, para teléfonos, para tarjetas de crédito e incluso para partes del cuerpo. Algunos deportistas multimillonarios aseguran sus brazos o sus piernas, los cantantes de pop aseguran sus rostros y sus figuras, y las niñeras probablemente ya no pueden permitirse ejercer su oficio sin un seguro.

Jesús vino a esta tierra sin ningún tipo de póliza de seguro. Nació en el seno de una familia pobre, en una ciudad desconocida y plagada de delincuencia. Trabajó en una ocupación muy física, una ocupación en la que muchos han perdido dedos o han sufrido otros daños. Recorrió diariamente terrenos traicioneros, dando su vida en servicio a la humanidad sin esperar nada a cambio. Fue acusado de delitos que no cometió, fue crucificado por sus propios compatriotas, y su cuerpo fue enterrado en una tumba prestada. Corrió verdaderos riesgos al venir aquí y no pidió ninguna garantía a los que vino a redimir. Al morir por nosotros, nos ofreció un seguro contra la mayor de las calamidades: la separación eterna de él en una tumba permanente. Si firmamos esta póliza, él ha prometido ayudarnos a incorporar el perdón que ya compró para nosotros. ¿Cuánto cuesta esta póliza? Todo. Pero él ya ha cubierto ese costo, y todo lo que tienes que hacer es firmar en la línea punteada.

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