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Yellowstone

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«Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara (Génesis 2:15, RV95).

¿Has estado alguna vez en Yellowstone, en los Estados Unidos? Aunque este espectacular parque natural ha llegado a ser conocido como uno de los lugares de campamento favoritos de los estadounidenses, al principio no era un sitio muy seguro para llevar a la familia. No había puestos de guardabosques, torres de bomberos ni campamentos construidos, y los cazadores furtivos deambulaban a sus anchas por allí.

El 10 de marzo de 1872, el presidente de los Estados Unidos, Ulysses Grant, reservó más de 8,000 km2 [2,000,000 de acres] de tierra en Wyoming para convertirlos en un parque nacional de uso público. Pero el parque tenía un largo camino que recorrer antes de estar listo para el campista promedio. En la década de 1880 se envió al ejército para expulsar a los cazadores furtivos, de modo que el parque fuera seguro tanto para los animales como para los turistas. Y entonces se aprobaron leyes que protegían a muchos de los animales, incluida la población de bisontes que estaba a punto de extinguirse.

El turismo siempre ha sido un aspecto importante del Parque Nacional de Yellowstone. A principios del siglo XX, grandes cantidades de visitas llegaban en tren regularmente. Hoy se calcula que, en promedio, dos millones de personas lo visitan cada año. Y la cantidad de animales también se ha multiplicado, lo que hace que sea uno de los lugares más populares para visitar en vacaciones familiares. Bisontes, alces, pumas, antílopes, lobos, osos negros y osos pardos son solo algunos de los animales que se pueden ver en este parque. Desafortunadamente, a lo largo de los años el parque ha tenido problemas con la conservación y con la prevención de incendios. En 1988, una serie de incendios forestales lo arrasó, quemando más de 5,700 kilómetros cuadrados (1.4 millones de acres] de bosques y praderas. En la actualidad, los gestores y la administración del parque llevan a cabo un programa más equilibrado de conservación de los bosques.

Dice mucho de nuestro Dios y de lo que siente por nosotros que no haya creado un vasto planeta solo de tierra. O solo de rocas. O solo de hierba. Esculpió majestuosos picos montañosos, extendió praderas vestidas de flores silvestres, esculpió lugares donde el agua chispeante cae sobre los acantilados, llenó este variado paisaje con todo tipo de pájaros y animales coloridos, y luego nos lo entregó para que lo disfrutemos, y para que exploremos con él lugares como el Jardín del Edén o Yellowstone. ¡Qué placer es agradecerle por su hermosa creación cuidando estos destellos del paraíso!

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