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El Fútbol Americano

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«Ten fortaleza, esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios» (2 Samuel 10:12, R195).

El 20 de agosto de 1920 nació la Liga de Fútbol Profesional Estadounidense (NFL por sus siglas en inglés). Jim Thorpe, deportista legendario en el béisbol y en los Juegos Olímpicos, se reunió con otros seis hombres en Canton, Ohio, para hablar de fútbol americano. El resultado fue una liga con ocho equipos. ¿Sabías que hoy en día la NFL tiene dos conferencias, la Conferencia Americana (AFC) y la Conferencia Nacional (NFC), con 32 equipos que compiten por el codiciado Trofeo Lombardy en el Super Bowl? Sin duda, el fútbol americano se ha convertido en el deporte favorito de los estadounidenses.

A riesgo de parecer sexista, el deporte y la competencia siempre han sido importantes para los hombres. En la antigüedad competían por la tierra, el poder y el amor de una mujer. Luchar en batallas por su tribu, ciudad o país era parte importante de la supervivencia. Los antiguos griegos crearon los Juegos Olímpicos para probar la fuerza y la velocidad de sus atletas. Los gladiadores romanos luchaban entre sí y contra las fieras por deporte en sus arenas y estadios. Los hombres medievales luchaban en concursos cuerpo a cuerpo, y sus celebraciones festivas solían incluir justas. ¡Que gane el mejor guerrero! Los vikingos se retaban en combates a espada, y el ganador se llevaba las posesiones del otro. Durante los siglos XVII y XVIII, los europeos se desafiaban a duelos con pistola, y durante un tiempo el Viejo Oeste pareció adoptar ese deporte absurdo.

Hoy en día, los deportes son un pasatiempo favorito, tanto para ver como para jugar. Mientras que en los Estados Unidos la gente prefiere el fútbol americano, los canadienses por ejemplo prefieren el hockey y los latinoamericanos en general, el fútbol europeo. Estos juegos no tienen mucho que ver con la supervivencia, pero parecen satisfacer el impulso de ser más fuerte, más inteligente y mejor que el otro.

En realidad, estos juegos tienen poca importancia comparados con los problemas de vida o muerte a los que se ha enfrentado el ser humano a lo largo de los años. En la época de David, su pueblo luchaba por la supervivencia de su patria y tenía que confiar en la ayuda de Dios. Utiliza esa inspiración para dar lo mejor de ti por Jesús. Honremos lo que más importa: nuestras familias, nuestra iglesia y la gente de todo el mundo, porque todos somos hijos amados de Dios.

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