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EN LA ESCUELA había un terrario, en el cual sembraban plantas. Los niños observaban cómo iban creciendo y las cuidaban esmeradamente. Un día, Paquito vio un animalito que no había visto antes. Así que fue corriendo con miss Anita para avisarle que un animalito estaba en el terrario. La maestra fue a ver lo que el niño le decía y todo el grupo fue con ella.
¡Miren, niños! Este animalito es un ciempiés -explicaba la maestra mientras lo sacaba del terrario-. Es inofensivo. Le gusta vivir en lugares húmedos donde haya hojitas y otra clase de insectos. Aunque su nombre es ciempiés, no tiene esa cantidad de patas; así le llamaron por tener muchas. Cuando el ciempiés se siente en problemas, huye rápidamente. Algunas personas dicen que puede avanzar 40 cm por segundo.
En ese momento, miss Anita colocó al animalito en el suelo del terrario y este se fue rápido a esconderse.
-¿Vieron cómo avanzó? -dijo miss Anita-. ¡Esto es un gran ejemplo de rapidez! Así debemos ser nosotros de rápidos para hablarle a otros niños de Jesús. Debemos dejar a un lado nuestra pena o flojera, y decirles a todas las personas que Jesús les ama y que vendrá muy pronto para llevarnos con él. ¿Quieren ser como el ciempiés que camina rápido para que digamos a otros el mensaje de Jesús?
-¡Sí! -dijeron los niños.
Oremos: «Querido Jesús, ayúdanos a estar listos para hablarles a otras personas de la salvación. Amén».