A pesar de todo... es compartida

CON UN CUERPO DE DOS CENTÍMETROS de largo, patas largas, ojos grandes y aguijón pequeño, pero venenoso, la hormiga bulldog parece una avispa a simple vista.

Puede detectar a su presa a dos metros de distancia y la ataca sin advertir. Su picadura es atroz por el ácido que inyecta, haciendo que en su víctima haya un efecto doloroso. Es el veneno más potente en el mundo de los insectos, pues causa un shock en su presa que la mata en segundos. A pesar de ser venenosa, lo que más llama la atención de esta hormiga es que comparte su alimento con el hormiguero, llevándolo a él. Qué bonita lección y cualidad: ¡Compartir! ¿Te gusta hacerlo?

Hace mucho tiempo, un niño compartió lo poco que tenía, cinco panes y dos peces, para alimentar a más de 5,000 personas. Él lo dio y Jesús hizo el milagro alimentando a todas. Hasta pudieron llevar y compartir a sus familiares y amigos de ese pan especial que Jesús había bendecido.

Cuando compartes con otras personas, haces a un lado el egoísmo y el orgullo, que regularmente tienen las personas. Pero cuando compartes también eres más bendecido, pues Jesús hace que te sientas feliz y provee para que nunca te falte nada. Te invito a que compartas con otros lo que Jesús te ha dado.

Oremos: «Querido Jesús, ayúdame a saborear el gozo de compartir con otros. Aleja el egoísmo y el orgullo de mí. Amén».