¡Son como langostas!

HOY TE HABLARÉ DE UN INSECTO que tiene varios nombres: langosta, saltamontes o chapulín. Tiene largas patas traseras que le ayudan a dar grandes saltos. Posee dos pares de alas, pero no vuela mucho. Los ojos y las antenas le sirven para explorar su alrededor. Mide entre 6 y 9 mm. ¡Es muy pequeño!

Esto me recuerda una ocasión en la Biblia cuando Moisés mandó a doce espías para que fueran a explorar la tierra de Canaán. Les pidió que observaran cómo era los habitantes, la tierra, sus ciudades y su muralla. Pero también les dijo que trajeran alguna fruta de aquel lugar. Cuando los espías regresaron, informaron a Moisés y a Aarón de todo lo que habían visto. Entonces Caleb animó al pueblo para que subieran y tomaran esa tierra porque eran más poderosos, ya que Dios estaba con ellos. Pero los otros hombres que habían ido con él dijeron lo contrario al informe de Caleb y comentaron que ellos eran pequeños e insignificantes como langostas, porque realmente los habitantes de aquel país eran gigantes. Los murmuradores se sentían insignificantes, ¡no se daban cuenta de que Dios estaba con ellos! No entendían que sería él quien les daría la victoria, a pesar de la estatura y de la fuerza de los hombres de Canaán.

Amiguito, cuando te pidan hacer algo para Jesús, aunque te parezca difícil, ora, practica y hazlo con todas tus fuerzas. ¡Confía en Jesús! Él te ayudará a salir adelante. No importa que seas pequeño.

Oremos: «Gracias, Jesús, porque me capacitas a hacer las cosas bien para tu nombre. Amén».