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CUANDO VOY A ALGÚN ZOOLÓGICO, me gusta visitar a las nutrias, pues antes son animalitos juguetones. Al observarlas, se lucen haciendo graciosadas. Pueden estar debajo del agua por seis minutos, cerrando sus fosas nasales. Tienen dos capas de pelo: la de arriba son pelos largos, y los que están debajo de estos son más cortos. Esto hace que tenga un impermeable natural, protegiéndolas de las aguas frías.
En una ocasión conocí a una jovencita que parecía una nutria nadando, porque, además de sostener por mucho tiempo la respiración debajo del agua, era una excelente nadadora, ya que desde muy pequeña había ido a clases de natación. Por eso se veía que no le costaba trabajo hacerlo. Su traje de baño era de una tela y un diseño especial para nadar, que la protegía de la temperatura del agua.
Algunos personajes de la Biblia tuvieron un impermeable natural llamado «oración». Daniel fue uno de ellos, quien lo utilizaba tres veces al día. Siempre se lo colocaba, de manera que, cuando lo enviaron al foso con los leones, Dios lo protegió.
Querido amiguito, tú tienes un impermeable natural llamado «oración». No lo puedes comprar, porque es gratis. Te lo pones cuando hablas con Jesús. Si lo usas en cada momento, estarás seguro en él. ¡Póntelo cada vez que lo necesites!
Oremos: «Querido Jesús, gracias por el impermeable que me has dado. Me siento seguro con él. Amén».