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La oveja Dolly

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Tu Biblia dice: «Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen». Génesis 1:26

AÑOS ATRÁS, UNOS CIENTÍFICOS hicieron un experimento poco usual: tomaron células de una oveja adulta, para producir otra igualita a ella. La ovejita nació y la llamaron Dolly. Era el primer mamífero clonado; se convirtió en el más famoso del mundo. Aunque Dolly no era idéntica a la original, creció rodeada de cuidados y de amor.

Ahora, ¡hagamos algo! Busca un espejo y mírate detenidamente. ¿A quién te pareces, a mamá o a papá? Sin duda, tienes de los dos. Tal vez el tipo de cara, tus ojos y tu cabello sean como los de mami; tu nariz, tu boca y tus orejas como las de papi. Y, aunque nos parezcamos a nuestros papás, a mí me gusta recordar que nosotros fuimos creados a imagen de Dios. Somos parecidos a él.

En el Jardín del Edén, Dios creó al hombre de barro y tuvo la delicadeza de formar cada parte de su cuerpo. Luego, sopló en su nariz y Adán tuvo vida. Después, Dios lo hizo caer en sueño y sacó una costilla de su lado para formar a Eva.

Algo triste sucedió. Adán y Eva desobedecieron a Dios comiendo del árbol del que él les había dicho que no comieran. Al hacer esto, el pecado entró y la imagen que tenían de él se deformó. Penosamente, sus consecuencias llegan hasta nuestros días.

No olvides, querido amiguito, que, aunque el pecado entró, continuamos siendo hijos de Dios y él desea que seamos obedientes.

Oremos: «Gracias, Jesús, porque me hiciste a tu imagen. Deseo obedecerte siempre. Amén».

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