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LUCHANDO POR EL BARRIO

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«Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra». 2 Crónicas 7:14, RV95

Desde la Caída se ha estado desarrollando una cruenta lucha entre las fuerzas del bien y del mal por el dominio y el control de la Tierra. Cada hogar, barrio, ciudad y país es un campo de batalla que debe ser ganado para Cristo. Entendiendo esto, un grupo de hermanos decidió impactar con el evangelio un barrio que se destacaba por su alta peligrosidad. El lugar era considerado una cueva de delincuentes. Las autoridades no habían podido controlar los constantes asaltos, las riñas y la venta de alcohol y de estupefacientes. Las propiedades habían perdido su valor, como resultado de la descomposición moral.

Fue bajo estas circunstancias como empezaron el programa. Cada madrugada, a las cuatro, iban a la cancha de fútbol del barrio y se arrodillaban allí. Periódicamente hacían caminatas de oración por las calles de aquel barrio. Programaron ayunos, vigilias, jornadas de confesión y arrepentimiento. El proceso se inició con solo dos miembros de iglesia pero a ellos se fueron sumando otros. Pronto, algunos de los vecinos que vivían al lado de la cancha comenzaron a asistir y, de esa manera, ese movimiento de oración fue creciendo. La promesa de Dios comenzó a cumplirse: disminuyeron los asaltos, varios puntos de drogas cerraron y los pandilleros se empezaron a marchar por el trabajo de las autoridades.

El grupo de oración se hizo tan grande que uno de los vecinos decidió prestar su casa para que la programación se pudiera realizar de manera más cómoda. Después, alguien trajo sillas y en algún momento, por iniciativa de la gente de la comunidad, empezaron a realizar cultos los sábados. Al ver el desarrollo del grupo y su influencia en la comunidad, el dueño de la casa la ofreció en venta y allí funciona hoy una iglesia organizada.

Hoy, apreciado/a joven/señorita, la lucha continúa. Hay muchos lugares que necesitan la influencia positiva del evangelio. @Dios está dispuesto a actuar a través de nosotros. ¿Estás tú hoy dispuesto a ser un canal de bendición para tu familia, tu barrio y tu ciudad?

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