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SU BONDAD NOS RODEA

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«Pues tú, Señor, bendices al que es fiel; tu bondad lo rodea como un escudo». Salmo 5:12

Eran dueños de la cacharrería más grande del pueblo. Se sentían satisfechos porque las cosas marchaban a las mil maravillas. Tenían ventas abundantes, especialmente el sábado, cuando venía la gente de las poblaciones aledañas. Hasta ese momento la vida transcurría normalmente, pero descubrieron que se estaba produciendo un desgaste en la relación de pareja. Se sentaron una noche a conversar y fueron sinceros el uno con el otro. El trajín diario corriendo detrás de lo material les había hecho perderse el uno al otro en el camino.

El esposo pidió consejo a uno de sus clientes, pues había notado que llevaba una vida ordenada y que tenía un hermoso hogar, una linda familia. Esta persona era adventista del séptimo día y le dijo que su secreto era darle el primer lugar a Dios en todo. Decidieron asistir a la iglesia y estudiar la Biblia. Conocer el evangelio fue muy gratificante para ellos pues reactivó la relación de pareja y de familia. Un día pidieron el bautismo y la familia más allegada se sentó con ellos para evaluar esa decisión, sus costes e implicaciones. Todo les pareció bien, excepto la observancia del sábado. Sentían que no podían cerrar su negocio el día de más ventas.

Asistían a la iglesia, participaban y se sentían a gusto, pero no eran capaces de guardar el sábado. Sus mentores los desafiaron a probar a Dios. Les dijeron que lo intentaran un sábado, que probaran el favor divino. Les pareció sabio y, por eso, hicieron los preparativos necesarios para cerrar el siguiente sábado. Desde el viernes en la noche se fueron a dormir a casa de sus amigos. El sábado se fueron a la iglesia y al mediodía almorzaron juntos. Por la tarde, asistieron a la Sociedad de Jóvenes y, después de despedir el sábado, regresaron a su hogar. Habían observado su primer sábado.

Justo cuando iban a dormir, tocaron la puerta de su hogar. Era una delegación que venía de un pueblo cercano. El municipio pensaba celebrar el aniversario de la fundación del pueblo y necesitaban muchos de sus productos para los festejos. Dijeron que habían venido varias veces durante el día, pero el almacén estaba cerrado. Como no había otro lugar donde comprar, decidieron esperar la noche. Aquella noche hicieron una venta tres veces más grande de lo que ellos vendían habitualmente los sábados.

Apreciado joven, las promesas de la Biblia no fallan, @Dios te dice hoy: «Yo soy fiel y bendigo al que se mantiene fiel a mí».

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