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Respeto

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Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios» (Éxodo 20: 12).

A partir del quinto mandamiento descubrimos cómo ejemplificar el amor en las relaciones con nuestros semejantes. Esta mandato tiene que ver con las buenas relaciones en la familia. La honra y el respeto nacen del corazón y se reflejan en las acciones. Honrar significa «venerar», «apreciar», «valorar». En primera instancia, obedecemos a nuestros padres porque ellos nos dieron vida. Como niños o adolescentes manifestamos honra al escucharlos, obedecerlos y someternos a su autoridad. Sin embargo, la honra debe permanecer durante toda nuestra vida; por ejemplo, cuando ellos sean ancianos debemos velar por sus necesidades.

La obediencia a este mandato resultará en respeto a la autoridad en general. Es decir, si aprendes a obedecer a tus padres estarás dispuesto a acatar las autoridades gubernamentales, las reglas de tránsito, a un empleador o en cualquier lugar donde hay que respetar normas que ayudan a mantener la armonía y la sana convivencia en una comunidad.

El mandato es explícito. No dice: «Honra a tus padres si te consienten»>, «honra a tus padres si son ricos», «honra a tus padres si son perfectos». En otras palabras, la honra y el respeto no están condicionados a nada. Su obediencia conlleva la promesa de vivir más y mejor. El rey Salomón destaca la actitud de un hijo sabio como aquel que oye los consejos de sus padres y esta dispuesto a obedecerlos (Proverbios 1: 8; 13: 1). Desafortunadamente, la desobediencia a los padres se menciona en la Biblia como señal de los últimos días (Romanos 1: 30; 2 Timoteo 3:2).

El Nuevo Testamento enseña que este mandamiento es de dos vías en las que también los padres participan y contribuyen a la armonía del hogar. El apóstol Pablo escribió en la Carta a los Efesios un útil y oportuno consejo a los padres: «Ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor» (6: 4). Por lo tanto, los padres deben ser sensatos en cuanto a las demandas a sus hijos de acuerdo a su edad. Asimismo, la congruencia entre la enseñanza y el ejemplo de los padres contribuirá a que sus hijos deseen imitar ese comportamiento positivo. Sobre todo, recuerda que honrar es más que solo palabras.

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