Regresar

La Dedicación del Templo

Play/Pause Stop
Si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y devolveré la prosperidad a su país» (2 Crónicas 7: 14).

La dedicación del templo incluyó varios días de alabanza. Una de las razones del gozo fue el traslado del arca a su nuevo recinto; asimismo, se ofrecieron múltiples sacrificios a Dios. Por ejemplo: Salomón ofreció 22 000 bueyes y 120 000 ovejas (1 Reyes 8: 62-63). Sin embargo, el centro del evento fue la emotiva oración que Salomón elevó a Dios y que está registrada en 1 Reyes 8: 15-61 y en 2 Crónicas 6: 4-42. Salomón alabó y reconoció a Dios como Creador. El propósito de su oración fue pedirle a Dios que ayudara al pueblo a mantenerse fiel al pacto.

En realidad, Salomón se fue hasta el extremo, pues como profeta, presentó escenarios en los cuales Israel podía quebrantar el pacto. Con todo, Salomón suplica que cuando Israel acudiera al templo con una actitud de reconocimiento de su maldad, arrepentimiento y confesara su pecado, entonces Dios escuchara esas oraciones y los perdonara.

Estos escenarios que Salomón presentó como posibilidades (que luego se volvieron realidad) son los siguientes: 1) Si el pueblo era derrotado en batalla por haber pecado (vers. 33); 2) si enfrentaban una sequía (vers. 35); 3) si padecían hambre, epidemia o plaga (vers. 37); 4) incluso, si el pueblo llegaba a rebelarse contra Dios y entonces eran llevados en cautiverio (vers. 46-47). En cualquier circunstancia, Salomón suplica que Dios los perdone.

La oración que empezó como un compromiso de fidelidad a Dios, terminó como una oración en la que Salomón anticipa que Israel romperá el pacto. ¿Qué te parece? Estarías dispuesto a establecer un pacto de amistad con alguien que te prometa fidelidad, pero luego te anticipe que quizá te pueda fallar y revelar todos tus secretos. O, vender un producto que te lo pagarán en abonos, pero el comprador te anticipe que tal vez te falle en algunos pagos. ¡La petición de Salomón fue atrevida!

Hubo un silencio de días. Después, Dios respondió. La respuesta está en 2 Crónicas 7: 12-16. A pesar de que el pueblo enfrentara las catástrofes ya mencionadas por su desobediencia, Dios los iba a perdonar. Solo tendrían que humillarse, orar, buscar a Dios y dejar sus malas acciones. ¡Esto es gracia! ¡Así es el amor divino!

Matutina para Android