Tiempo desafiante

Si tanto te cansas corriendo contra gente de a pie, ¿cómo podrás competir con gente de a caballo? En terreno seguro te sientes tranquilo, ¿pero qué harás en la espesura del Jordán?» (Jeremías 12:5).

La vida del cristiano no siempre es fácil. Podemos amoldarnos inconscientemente a nuestro entorno. En esta ilustración, se destaca la idea de que quienes van a nuestro lado avanzan lentamente, son descuidados en el estudio de la Biblia, no oran regularmente y no les agrada del todo acudir al templo a adorar a Dios. Entonces llega el momento en que nosotros adoptamos su ritmo; no solo eso, a pesar de que ese ritmo no es el ideal, nos quejamos y nos cansamos.

Jeremías cayó en la trampa de quejarse, su problema no era en el sentido de descuidar su relación con Dios, sino en cuanto a su deber profético, le parecía una pesada carga. Dios le advierte que lo que había padecido hasta entonces no se comparaba cuando tuviera que avanzar a la velocidad del caballo. De este incidente aprendemos que es imposible avanzar en cada aspecto de la vida según nuestra fuerza. Si lo intentamos, pronto nos vamos a cansar o apartar del camino. Si bien creer en Cristo no es una panacea para cada problema que enfrentamos, sí establece el fundamento para saber cómo enfrentar cada desafío. Entonces podemos ser triunfadores, no necesariamente según los estándares del mundo, pero sí a la vista de Dios.

Dios nos advierte que los tiempos del mundo no siempre serán sencillos. Conforme se acerque la segunda venida de Jesús las situaciones se complicarán. Jeremías mismo se sentía tranquilo en terreno seguro, pero su futuro no sería fácil, iba a ser testigo de la devastación de Jerusalén a manos del ejército babilónico. Iba a existir opresión, hambre, epidemias, traición entre las mismas familias y persecución. Dios compara ese futuro para la nación como pasar del terrero seguro a la espesura del Jordán. ¿Qué implican estas palabras? Se refiere a un área del Jordán donde hay mayor oleaje; en sus alrededores: árboles, ramas, animales salvajes como leones, chacales, hienas, nutrias, leopardos, ratas del desierto... un lugar inseguro para cualquiera. En concreto, tanto a Jeremías como a Judá no les esperaba lo mejor.

A este mundo no le espera lo mejor. Solo quienes dependen de él desde ahora, van a poder mantenerse firmes en la prueba personal o en la prueba a escala mundial antes del regreso del Señor.