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A través del texto de hoy, Jesús estaba respondiendo a la acusación que le habían hecho religiosos de su época de que había quebrantado el día de reposo al sanar a un paralítico en sábado. Como ves, siempre ha habido personas que usan la religión para debatir. Si la religión les fuese dejada a ellos, no tendría ningún poder ni generaría cambios positivos en nadie. Jesús rechazó esta forma de ser cristianos sin trabajar en el cumplimiento de la misión y a la par criticando, discutiendo opiniones y, especialmente, acusando al prójimo de no tener una interpretación bíblica correcta.
Jesús proclamó: “¡Mi Padre trabaja hasta ahora!” Estas firmes palabras dejan en claro que la religión, tal como Dios la ve, no es para perder el tiempo discutiendo opiniones teológicas mientras hay gente que necesita salvación y ayuda práctica.
Jesús estaba diciendo: “Yo no sé ustedes, pero Dios está trabajando para ayudar a la gente a ser salva. A ustedes les enoja que este paralítico fuera sanado en sábado, pero el Padre está feliz de ver a su hijo liberado y salvado. Deben decidir si siguen entendiendo la religión a su manera o a la manera de Dios”.
Con esta respuesta, Cristo señaló dos tipos de cristianos que existían en su tiempo y que siguen existiendo hoy: 1) los que van por ahí recitando versículos y aplicándolos a la vida ajena; y 2) los que están mostrando esos versículos con en el ejemplo en su propia vida. 1) Los que están esperando que las cosas pasen para analizarlas con lupa y dar su opinión (que nadie les pidió); y 2) los que están haciendo que grandes cosas pasen en la vida de la gente con la obra que están realizando para Dios. 1) Los que hablan, critican y acusan, pero no trabajan; y 2) los que trabajan predicando y ayudando al necesitado, sin hablar más de la cuenta, sin criticar a nadie, sin acusar de nada.
Cristo dejó en claro que lo que él hizo en sábado, lo hizo imitando al Padre. Al decir esto, dejó entrever que los que tenían una actitud diferente estarían siguiendo el ejemplo de alguien distinto a Dios. ¿Puedes ver a dónde conduce el celo religioso sin un verdadero conocimiento de Dios? Esta gente hablaba de Dios, se autoproclamaba sus representantes, y su ignorancia acerca del carácter divino los llevó a criticar al propio Dios. Oremos para que no nos suceda lo mismo. Pidámosle al Señor que nos ayude a tener una vida cristiana por testimonio. No nos hagamos expertos en hablar de Dios, sino en servir a Dios.