|
Dios escucha tus oraciones. Esto es algo que él quiere que sepas y creas, por eso dejó constancia de esta realidad en su Palabra, donde también te invita de la siguiente manera: “Clama a mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jer. 33:3). ¿Has aceptado ya la invitación?
A veces nos asalta la duda acerca de si Dios nos escucha o no. Esto se puede deber a varias razones, como haber crecido en ambientes religiosos en los que se enseña que Dios solo escucha a las personas que son justas y santas y que, por lo tanto, para ser oídos por Dios, necesitamos acudir a él a través de un tercero que cumpla esos requisitos. Si bien es bueno que los líderes de una Iglesia intercedan en oración ante Dios por aquellos a quienes ministra, la Biblia nos invita a desarrollar individualmente el hábito de orar teniendo la seguridad de que Dios escucha. Porque “esta es la confianza que tenemos en él: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).
“Conforme a su voluntad”: este es un concepto importante en la oración. El Señor no se ha comprometido a escuchar cuando nos quejamos por quejarnos; cuando le llevamos un informe de los últimos pecados que hemos detectado en la iglesia o en la vida de sus dirigentes. No hay un solo versículo en la Biblia que diga que Dios escucha chismes o calumnias. Dios escucha oraciones hechas conforme a su voluntad. Y como no llegamos a comprender plenamente cuál es la voluntad divina para el ser humano en cada situación, hemos de presentar nuestras oraciones sometiéndolas a lo que él considere que es mejor hacer.
Yo te propongo hoy una fórmula para orar, y es orar con amor (a Dios y al prójimo), gozo (en la fe), paz (para todos), paciencia (en caso de que la respuesta tarde), benignidad (deseos de reconciliación), bondad (sin maldad ni egocentrismo), fe, mansedumbre y dominio propio. Que el Espíritu Santo sea el filtro de cada una de tus oraciones.
“Oren sin cesar”, nos dice el apóstol Pablo (1 Tes. 5:16). Toda persona puede iniciar una relación con Dios a través de la oración diaria. Y si al principio no sabes qué pedir o cómo pedirlo, puedes pedir ayuda a Dios creyendo que te escucha.
Esto será el inicio de una maravillosa vida espiritual, porque al orar entras en contacto con el único que puede hacer de ti una nueva criatura.