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En Igualdad De Condiciones

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«El corazón de su marido confía en ella y no carecerá de ganancias» (Prov. 31:11, RV95).

El versículo 10 no es el único de Proverbios 31 que tiene terminología de batalla y que, por tanto, nos recuerda que la vida es una guerra. El siguiente, el 11, también Leámoslo: «El corazón de su marido confía en ella y no carecerá de ganancias». La palabra «ganancias» en el original es salal, que significa «botín», eso que se lleva el ejército victorioso tras la batalla. El texto bíblico parece estar diciéndonos que, en la batalla de la vida, la mujer cristiana intenta obtener lo mejor que puede y sabe para cuidar de su familia por medio de la estrategia.

¿Recuerdas que la palabra hayil se aplica siempre a hombres (particularmente a soldados) excepto en dos ocasiones? Pues hay otra ocasión, aparte de Proverbios 31: 10, en que se aplica a una mujer. ¿Quieres saber a qué mujer? Rut 3: 11: «No temas, hija mía; haré contigo como tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa [hayil]». La Biblia dice que Rut era una mujer hayil antes de que se casara con Booz, cuando estaba aún soltera (viuda). Para ser una mujer hayil, pues, no hace falta estar casada.

Solteras y casadas, todas podemos ponernos en las manos de Dios para que haga de nosotras mujeres hayil. No hay excusas ni privilegios, todas estamos en igualdad de condiciones. Es nuestro carácter lo que nos define, no el espacio que ocupamos en el hogar.

Hemos de tener cuidado de no identificar el ideal de «mujer virtuosa» de Proverbios 31 con matrimonio, maternidad, ni con ningún otro preconcepto. No es eso lo que nos define; lo que nos define es la integridad de carácter y el valor que Dios nos da. Con esposo e hijos o sin ellos.

«Ser soltera no significa ser débil». Niall Horan.

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