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La cruz es el símbolo del cristianismo, pero no siempre lo fue. Los primeros creyentes evitaban ser asociados con ella, pues representaba una muerte deshonrosa reservada a asesinos, insurrectos y ladrones violentos que además fueran esclavos (o, en algunos casos, extranjeros); por eso Pablo escribe: «Nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura» (1 Cor. 1: 23, RV95). ¿Por qué para los judíos tropezadero? Porque no hacían diferencia entre un madero y un árbol; tampoco entre «colgar» y «crucificar»; y en Deuteronomio 21: 23 se lee: "Maldito de Dios el que muere colgado de un árbol". Los judíos no podían aceptar que el Mesías muriera colgado de un madero; los gentiles no concebían adorar a un crucificado.
Es por esto que los primeros creyentes cristianos, que provenían tanto del judaísmo como de las comunidades gentiles (es decir, los no judíos) se identificaban con otras imágenes totalmente diferentes a la cruz. En las catacumbas de Roma, donde muchos cristianos tuvieron que ir a esconderse para refugiarse de feroces persecuciones, dejaron pinturas que se conservan aún: pavos reales (símbolo de la resurrección, porque en primavera, tiempo de Pascua, cambia su plumaje); palomas (señal del Espíritu Santo que descendió en Pentecostés); palmas (símbolo de la victoria de los atletas); las letras alfa y omega (símbolo del principio y el fin de todas las cosas); o el pez (la palabra icthis, "pez" en latín, es acrónimo de lesus Christos Theou Huios Soter: Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador).
No es hasta el siglo III que se encuentran evidencias de que la cruz era usada como símbolo por los cristianos y para referirse a los cristianos. ¿Por qué no se eligió un pesebre, un banco de carpintero o una barca? ¿Cómo llegó la cruz a ser vista como el símbolo por excelencia de Cristo? Porque fue central en la vida de Jesús, desde la propia perspectiva de Jesús.
Según los Evangelios, Jesús supo muy pronto que tenía una misión, y que esa misión estaba asociada a su sufrimiento y muerte, tal como predecían los profetas (ver Mar. 14:20-21). Al principio mismo de su ministerio, «Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho, [...] que lo iban a matar. [...] Esto se lo advirtió claramente» (Mar. 8: 31-32). Jesús «lo advirtió claramente», no había de ser un secreto que su muerte era la razón de ser de su misión. Sufrir la cruz era la razón por que había venido a este mundo. Y si para él no fue un secreto del cual avergonzarse, ¿por qué habría de serlo para sus seguidores?