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Cuando se produce una catástrofe ante la cual no hay suficientes recursos para responder a todas las necesidades, los equipos de rescate suelen actuar con un método llamado triaje. La palabra «triaje» proviene del francés triage, que significa «separar el grano de la paja». Así, el triaje es un método de selección y clasificación de víctimas en función de un establecimiento de prioridades, privilegiando la posibilidad de supervivencia.
Los primeros en llegar al lugar son el equipo técnico que valora a las víctimas. A las que están muertas, les ponen una banderita negra; a las que están graves, pero pueden esperar, les ponen una banderita verde; y a las que están muy graves, una banderita roja. Cuando llegan los médicos, intervienen en un orden claro de prioridades. ¿Banderita negra? La persona ya murió, pasamos de largo. ¿Banderita verde? El paciente puede esperar, lo atenderemos en cuanto nos sea posible. ¿Dónde están las banderitas rojas? Allá vamos sin desviarnos. ¡Qué bueno sería que tuviéramos en nuestra vida un sistema de banderitas así!
¿Qué es lo más importante para mí en la vida? Pues eso es lo prioritario, mi banderita roja, por ahí empiezo. Si, como aconseja Jesús, «lo más importante es que primero busque el reino de Dios y haga lo que es justo», entonces cada día mi banderita roja, mi primera atención, ha de ser buscar el reino de Dios. «Así, Dios me proporcionará todo lo que necesite» (Mat. 6: 33, NBV). Pregúntate hoy a ti misma: «¿Es lo más importante para mí buscar a Dios como lo primero cada mañana? ¿O lo primero que busco al despertarme es el celular para ver qué actividad me he perdido durante la noche?».
Poniendo primero lo primero, el resto se irá dando cuando y como Dios considere. Eso es vivir por la fe. ¿Existe algo que ya no encaja con mi orden de prioridades bíblico basado en vivir por la fe? Banderita negra: no le dedico tiempo. ¿Para qué? Usaré la voluntad para abandonar ese hábito, con la ayuda de Dios.
El Diccionario de la lengua española define «triaje» como «acción y efecto de escoger y separar». ¿Has separado ya el grano de la paja en tu propia vida? ¿Has escogido ya dar prioridad al grano, es decir, a buscar a Dios primero y, después, con su poder, hacer lo que es justo? Entonces, no consientas que te desvíe del camino nada que no encaje dentro del concepto de Mateo 6: 33. Haz de ese versículo tu banderita roja. Privilegia tu supervivencia eterna.
«Lo que importa más, nunca debe estar a merced de lo que importan menos». Goethe.