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Haz Tiempo Para ≪No Hacer Nada≫

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«Estad quietos y conoced que yo soy Dios» (Sal. 46: 10, RV95).

La Universidad de Virginia, en Estados Unidos, realizó un estudio con setecientas personas a las que se les pidió que, durante quince minutos, se sentaran aisladas, en un cuarto, sin hacer nada más que estar a solas con sus propios pensamientos. A su lado tenían un botón que podían apretar cuando quisieran. Si lo apretaban, recibirían una descarga, pero tras ella, podrían irse sin esperar a que terminaran los quince minutos. El 67% de los hombres y el 25% de las mujeres lo apretaron. Prefirieron recibir una descarga que estar quince minutos sin hacer nada.*

No hacer nada está asociado hoy con vagancia, fracaso, aburrimiento, improductividad... Estar siempre activos es, para muchos, una identidad. Sin embargo, la Biblia da importancia a hacer tiempo y espacio para quedarnos a solas con nuestros pensamientos, reflexionando, meditando, orando; sin «hacer»; solo escuchando a Dios. «Estad quietos», dice el Salmo 46: 10 (RV95), usando en su versión original «un verbo que significa "desistir", "dejar tranquilo", "entregarse". Dios mismo pronuncia estas palabras sublimes. Se ha parafraseado la primera parte del versículo de la siguiente manera: "¡Silencio! Abandonad vuestro tumulto". [...] Nuestra constante ocupación hace que nos falte la estabilidad cristiana».**

La estabilidad cristiana requiere el hábito de detenernos sistemáticamente en el tiempo y el espacio para rendirnos a Dios, deponer las armas humanas que usamos en la batalla de la vida, dejar ir nuestra necesidad continua de controlarlo todo, y descansar en el perfecto amor de Dios. Sin más.

Por eso, «quédate quieta en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe» (Sal. 37: 7, NTV). «Quédate tranquila y estarás a salvo. En la tranquilidad y la confianza estará tu fuerza» (Isa. 30: 15).

Lo que muchos en la cultura que nos rodea llaman «no hacer nada» es algo que hay que hacer para tener un equilibrio en la vida cristiana. Simplemente presentarnos ante Dios en silencio, quietud, reflexión y oración nos permite poner a cero la mente, procesar las experiencias vividas, regular las emociones a la luz de la Biblia, y recargar las baterías para ser más productivas en nuestra actividad laboral. Es esencial para ser más conscientes en todos los sentidos, para estar más presentes, y para sentir el poder de Dios en cada circunstancia que el día nos depare.

«¡Detente y considera los maravillosos milagros de Dios!». Job.

* Fariss Samarrai, «Doing something is better than doing nothing for most people, study shows» , 2014, Universidad de Virginia.

**Comentario bíblico adventista, t. 3.

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