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Ponme A Prueba

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«Allí el Señor los puso a prueba» (Éxo. 15: 25).

Cuando leemos en el libro bíblico de Éxodo los milagros que Dios hizo a favor de su pueblo para liberarlo de la esclavitud, nos damos cuenta de que estaba enseñándoles a confiar en él. No hay obstáculos insalvables para Dios; este era el claro mensaje dado una y otra vez. Y el Señor se aseguró de dejarlo por escrito para que tú sepas también.

Ni un decreto de muerte contra los recién nacidos puede evitar que sobreviva el elegido por Dios; ni el poderoso rey de Egipto puede impedir que caiga sobre su tierra la mano del único realmente Todopoderoso; ni un solo dios de una nación pagana puede hacerle sombra al actuar de Dios; ni terribles plagas logran destruir a quien confía en el Creador; ni un mar puede detener a quien avanza por fe; ni un ejército perseguidor es capaz de destruir la vida que se sustenta en Dios...

Una creería que, ante tantas evidencias del amor y el poder divinos, el pueblo que había cruzado el mar Rojo en seco tendría una fe inquebrantable; sin embargo, apenas tres días después de entonar un cántico de alabanza (Éxo. 15: 22), «el pueblo se puso a murmurar» (vers. 24). ¿Por qué? Porque no encontraban agua para beber, y que había era amarga. «Allí el Señor los puso a prueba» (Éxo. 15: 25). Y «nada más enfrentar la primera dificultad, empezaron a protestar. Es interesante que el término hebreo que se refiere a que Dios "los probó" (vers. 25) también puede significar "los adiestró"».* A veces, Dios ve necesario que nuestra fe y confianza en él se fortalezcan, y ¿cómo las adiestra para lograrlo? Por medio de las adversidades que llegan a nuestra vida. «En medio de la adversidad siempre hay potencial para el crecimiento en la fe y la confianza en Dios».**

El Dios que te ha libertado de una vida de esclavitud al pecado quiere enseñarte a confiar en él. Por eso, a veces eres sometida a diversas pruebas que son, en realidad, un adiestramiento gracias al cual aprenderás a confiar más en él, y que te preparará para ser realmente una mujer de fe. Ten esto bien presente si te encuentras enfrentando alguna adversidad.

Si no murmuras ni desmayas, ese sondeo de los pensamientos que produce la prueba te refinará, para honra y gloria de Dios.

«Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos». David.

Andrews Bible Commentary (Andrews University Press, 2020), vol. 1, p. 215.

** Ibid.

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