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Vivir, Simplemente Vivir

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«Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Ped. 5: 7, RV95).

A mí no me gusta mucho hacer las tareas del hogar; particularmente, ir al supermercado. Lo dejo siempre para última hora y solo cuando es imprescindible. Durante años he permitido a mi mente convencerse de lo negativo que es para mí ir a hacer la compra, pero eso fue hasta hoy. De la manera más sencilla, el testimonio de una joven británica llamada Sharon Hill* me hizo comprender que, incluso las cosas que no me gustan, son un privilegio de la vida que no todos tienen.

Con casi 300 kilogramos de peso, Sharon Hill era la mujer con mayor obesidad del Reino Unido. Su peso le impedía hacer cosas tan rutinarias para la mayoría como ducharse; e incluso evitaba salir de casa para no cruzarse con las miradas de rechazo de la gente. "Echo de menos las cosas sencillas del día a día, como ir al supermercado. Pero al hacer lo más esencial de la rutina diaria, me duele todo el cuerpo. A veces tanto, que lo único que puedo hacer es quedarme sentada, llorando. Echo de menos hacer las cosas que podía hacer", dice Sharon. Eso fue antes de que decidiera cambiar. Hoy, ha perdido muchos kilos, ha logrado por fin salir de casa en un vehículo eléctrico y, en la compañía de su esposo, puede disfrutar de actividades sencillas al aire libre. Por fin valora la vida.

Pensar en verme reducida a las cuatro paredes de mi casa, en que la puerta de la calle sea el límite que no puedo traspasar, me da una perspectiva que no había tenido antes. Me hacía falta que me recordaran que ir al supermercado es un privilegio que puedo perder en cualquier momento. Cómo lo echaría de menos si eso llegara a pasar... Por eso he decidido que no quiero echar de menos lo que aún tengo; que debo valorar y agradecer las pequeñas rutinas diarias con la perspectiva correcta. Lo que hace falta a veces para tomar, por los motivos correctos, una decisión que estamos posponiendo, es simplemente cambiar la manera de percibir las cosas. Gracias, Sharon.

Quiero ser capaz de disfrutar de mi vida sencilla, y me doy cuenta de que eso conlleva mucho más que alejarse del amor al dinero, de la ostentación o las diversiones. Es también amar lo que haces, vivir en el presente y dar las gracias, incluso por esos privilegios que no te parecen privilegios. Con la mirada en Jesús y el enfoque en la perseverancia.

«Moriré intentando vivir». Sharon Hill.

* Del documental Shut-ins: Brittains Fattest People, 2015.

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