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Frente a mi oficina, en la editorial donde trabajo, hay un cuadro que enmarca nuestra declaración de misión: «Llevar el evangelio de Jesucristo a los habitantes de Interamérica, avivar a la feligresía mediante la página impresa que contenga las verdades bíblicas proclamadas por los adventistas, y cumplir la misión evangélica mediante la unificación de esfuerzos de escritores, administradores, colportores, personal del Ministerio de Publicaciones y la participación de todos los creyentes, bajo la dirección del Espíritu Santo». Estoy totalmente identificada con esta misión, que encuadra mi vida laboral, ayudándome a alinear mis esfuerzos y metas diarios. Y tú, ¿tienes una misión que te centre laboralmente, dándole sentido a tu aportación a tu empresa?
Dietrich Bonhoeffer afirmó que «todo cristiano sebe ser cristiano por completo, trayendo a Dios a todos los aspectos de su vida»; es decir, que nuestra fe en Cristo debe moldear nuestro estilo de vida por entero, lo cual incluye nuestra manera de trabajar. ¿Has traído a Dios a tu profesión? Para lograr esto en la voragine del día a día en la oficina, es vital tener una declaración personal de misión que nos centre, ayudándonos a poner la vista donde debe estar y no en lo superficial (que, por cierto, es lo a menudo nos descorazona y nos hace querer dejar el empleo). Sin esa declaración de misión, es fácil perder el norte.
En su libro What's best next,* el teólogo Matt Perman nos aconseja que nuestra declaración de misión personal se base en dos pilares: 1) dar gloria Dios en todo lo que hagamos y 2) priorizar principios bíblicos innegociables, por los cuales vivir aunque seamos «castigadas» por ello. Principios como Miqueas 6: 8: «Hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios» (RV95), o Mateo 22: 36-40: amar a Dios con todo nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente, y al prójimo como a una misma. ¡Cómo impactaría tener una declaración de misión así tu conducta en la empresa! Te invito hoy a crear tu propia declaración de misión con base bíblica para llevarte cada día al trabajo.
El ser humano se siente realizado cuando lo que más valora en su vida encaja con la manera en que vive cada día. Por eso es tan importante identificar primero nuestros principios innegociables y después planificar una agenda en la que no falte ninguno.
«La clave de trabajar bien no es priorizar nuestra agenda, sino poner en la agenda nuestra prioridad». Steven Covey.
* (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 2014), cap. 11.