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Una guitarra. ¿Qué se te viene a la mente? ¿Una guitarra acústica tocando canciones junto a una fogata? ¿Una guitarra eléctrica entonando las últimas canciones de rock? La mayoría de las personas no piensa inmediatamente en un bajo y sus notas monótonas, pero si le preguntas a cualquier banda de garaje, el bajo es una parte integral del éxito de un grupo.
Mi amiga Karin tocaba el bajo eléctrico en la banda de jazz de nuestro colegio, y sus amigos, que no eran músicos, le pedían constantemente que faltara al ensayo, ya que “solo tocaba el bajo”, que “no es un instrumento de verdad”. Pero el bajo es la fuerza impulsora de una banda, la base de la música, y la base que mantiene todo unido. Karin no se atrevía a perderse ni un ensayo.
En los Salmos, David menciona “la piedra que desecharon los edificadores”. En esos tiempos, la gente construía edificios con cimientos de piedra, y se cortaba cada piedra para que encajara perfectamente. Sin embargo, había una piedra que parecía no tener un lugar. Los constructores la rechazaron hasta que se dieron cuenta de que tenía un papel especial. Esta piedra se convirtió en la piedra del ángulo y sostuvo al edificio entero.
No importa si aceptaste o rechazaste a Jesús en el pasado; él quiere ser el centro de tu vida hoy. Así como una banda crea música que vaya con el ritmo que establece el bajo, y los constructores levantan un edificio sobre la piedra del ángulo, podemos moldear nuestra vida en base al cimiento que elijamos. Si le pedimos a Jesús que sea el centro de nuestra vida, comenzaremos a pensar como él y a actuar como él. Y ese es el concepto base.