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Muchos de los estuches de CD en mi familia se sienten pegajosos o tienen el papel dañado porque suelen quedar, desafortunadamente, debajo del portavaso del coche. Casi nunca dejamos caer nuestras bebidas, pero a veces nos olvidamos de sacar los vasos de cartón usados o de vaciar los vasos antes de dejarlos ahí. Los vasos empiezan a desintegrarse por las bebidas estancadas, y el líquido comienza a gotear y ensuciar todo. Hacen un desastre.
Los vasos desechables no fueron fabricados para quedarse en un coche durante algunos días o, incluso, algunas horas. Fueron fabricados para usarse. Así, los cristianos no deberían quedarse sentados, demasiado cómodos para levantarse y permitir que Dios haga cosas grandes por medio de ellos. Así como un vaso desechable se desintegra cuando queda con líquido, nosotros podemos empezar a desmoronarnos cuando nos volvemos autocomplacientes y no actuamos. Dios no quiere que solo nos sentemos en un banco, sonriamos y asintamos. Él quiere que estemos entusiasmados y que queramos ayudar a otros. Dios no quiere que leamos un versículo bíblico por la mañana y luego nos olvidemos de él durante el resto del día. ¡Quiere que estudiemos, que aprendamos y que hagamos cambios por él!
Jesús pronto regresará para llevarnos a casa. Esa noticia debe hacer que nos sintamos entusiasmados y listos para actuar. Debemos dejar de hacer las cosas por obligación o por hábito, y comenzar a permitir que Dios nos use para alcanzar más personas. No te quedes sentado, estancado e inmóvil, en un banco de la iglesia, mientras tu fe se desintegra en un charco pegajoso. Pídele a Dios que te dé una misión. ¡Levántate y ponte en acción!