Regresar

LA BARRA DE LA CORTINA DEL BAÑO

Play/Pause Stop
Sobre todo, tengan entre ustedes ferviente amor, porque el amor cubre multitud de pecados (1 Pedro 4:8).

Nunca entendí las puertas de vidrio de ducha ni las cortinas de baño transparentes de plástico. Cuando me baño, solo quiero ver la ducha, y quiero que solo la ducha me vea a mí. 

 

Una mañana caminé con paso pesado hasta el baño, colgué mi toalla sobre la barra de la cortina, entré a la ducha y cerré la cortina oscura. Mientras habría el agua, medio dormida, sucedió el impensado. La barra de la cortina se cayó. Eso me despertó, y aunque nadie podía verme, me apuré para volver a colocar la barra y cubrirme lo antes posible. 

 

Una cortina de baño puede cumplir con su función solo si una barra la sostiene; y el amor puede hacer su obra perfecta solo cuando el Único perfecto está al control. Pedro escribió que “el amor cubre multitud de pecados” (1 Ped. 4:8), pero el amor humano proviene de seres humanos pecadores que a veces se equivocan. Quizás amamos a nuestros amigos, pero a menudo señalamos sus errores y criticamos sus decisiones. Quizás amamos a nuestros padres, pero nos quejamos de cada error que cometen. Sin embargo, si centramos nuestras amistades y relaciones en Dios, él nos dará su amor. Él mantendrá firme ese amor para que ni siquiera notemos las pequeñas faltas o defectos de nuestros amigos y familiares. Los seres humanos no amamos de manera perfecta, pero Dios sí, y él quiere ayudar. 

 

Así como una buena barra para la cortina de baño la sostiene en su lugar y nos cubre cuando más lo necesitamos, Dios cubre nuestro corazón con su amor y esconde una multitud de defectos. Pídele que sostenga tus relaciones más complicadas hoy, y presta atención a lo que hará.

Matutina para Android