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Según el Libro de los récords Guinness, Takua Toda tiene el récord del vuelo de mayor duración de un avioncito de papel lanzado a mano. El 11 de abril de 2009, el avioncito de papel de Toda permaneció en el aire durante 27,9 segundos antes de volver a tocar el suelo.
El Libro de los récords Guinness tiene una competencia en su sitio web donde personas como tú y yo podemos participar. Las personas graban el vuelo de sus avioncitos de papel y lo suben al sitio web; allí, los competidores son clasificados según la longitud del vuelo. Una de las reglas más importantes de esta competencia es que el vuelo debe ocurrir en un lugar cerrado, con todas las puertas y ventanas cerradas. Si una ráfaga de viento fuera a cambiar el patrón del vuelo del avioncito de papel, podría ser una ventaja injusta o podría acortar el vuelo y hacerlo caer en picada. Los avioncitos de papel suelen salir de su curso de vuelo, y planear o caer inesperadamente. Incluso el lanzador más experimentado nunca sabe con seguridad hacia dónde o durante cuánto tiempo volará su nave de papel.
En este sentido, nuestra vida se parece a los avioncitos de papel. Algunos pensamos que tenemos todo bajo control, y otros no tenemos idea de qué elecciones deberíamos tomar. Pero todos vivimos en un mundo en el que suceden cosas inesperadas y los planes cambian descontroladamente. En lugar de enfocarnos solo en el futuro, podemos poner parte de esa energía en hacer que nuestra vida sea mejor hoy. Podemos estar seguros de que Dios tiene nuestra aerovía futura bajo control.